Por Sandra Lorena Perdomo

Roberto Roena, tiene cinco décadas poniendo a bailar a todo el mundo y este Cotilleo desea conmemorar su trayectoria, su vida y su legado.

Roberto Roena, nació hace 79 años, en Mayagüez, nombre que en el idioma de los indios tainos, quería decir “Lugar Grande de Aguas”. En su barrio Dulces Labios se crió y dio sus primeros pasos como bailarín. No cabe ninguna duda que esa infancia le marcaron para toda la vida, sus recuerdos consolidaron años después al hombre que es una leyenda de la salsa. De ese mismo barrio mayagüezano salieron grandes músicos, como Santitos Colón y Mon Rivera.

Su familia se fue a vivir a Santurce y siendo un chaval, se presentaba en programas de televisión, fue precisamente en uno de ellos que un señor llamado Rafael lo vio y le llamo para que fuera  percusionista de su reconocida agrupación. Tenía 16 años cuando ingresó a la orquesta de   Rafael Cortijo y su Combo. Formó parte también del Gran Combo de Rafael Ithier y figuró en el catálogo de estrellas de la famosísima casa discográfica Fania y sus All Stars.

A su gran obra le llamó Apollo Sound, orquesta que se fundó en julio de 1969. Por ese tiempo era noticia la misión espacial Apollo 11, que tenía como propósito llevar al primer ser humano a caminar sobre la superficie de la luna.

Con un catálogo discográfico de más de 20 producciones, sus éxitos más sonados son incontables, para la posterioridad quedaran “Tú loco loco y yo tranquilo”, “El Escapulario”, “Marejada Feliz”, “Cui Cui” “Avísale a mi contrario”, “El Progreso”, “Mi Desengaño”, “Lamento de Concepción”, “Guaguancó del Adiós”, entre muchos otros.

Son numerosas las visitas que el percusionista a realizado España, la más reciente en la discoteca La Cantera de Madrid, donde volvió a dar una descarga de música que por momentos fue un éxtasis entre todo los asistentes. Talentosos interpretes le acompañan en esa delantera, demostrando como se reinventa con el paso de los años.Son de esas noches mágicas que se convierten en un auténtico recital  guardado en el disco duro de la memoria para siempre.

Entre sus planes, tiene en agenda realizar un gran concierto para celebrar los 50 años de vida artística, sería previsiblemente en su Puerto Rico del alma.

Como fan absoluta, tengo que agradecer ver siempre al maestro Roberto Roena, con su gran sonrisa, simpático, amable, cariñoso y respetuoso. Un artista como él que  tiene muchos kilómetros en la espalda, no cambia, es igual o más entregado a su público con el paso de los años. Dispuesto siempre a dar la mano, a saludar, a tomarse el selfie, a grabar el video, y todas esas cosas que vienen en el pack cuando eres una estrella de la salsa.

Quiero pedir a su compadre Ramón Rivera, que le de un gran abrazo en nombre de los salseros del mundo, los de España, los que vivimos en Madrid y que le exprese este sentimiento de gratitud infinita por todo lo que sigue haciendo por el género. Maestro, Roberto Roena, a todo señor todo honor!