Le esperaban cientos de personas en la sala Paradise que estaba prácticamente llena, su público le aplaudió cuando apareció en la tarima y le despidieron, puestos en pie, con una ovación de las que poco se recuerdan en ese lugar.Así fue el inicio y el final de una noche de alegría para los amantes del despecho.
Darío de Jesús Gómez Zapata no es un “Rey” cualquiera, es el monarca de la música popular colombiana que anoche puso a cantar y beber a un público muy diverso, que ratifica el poder de penetración que tiene en las nuevas generaciones. No en vano muchos de los asistentes eran jóvenes que crecieron en un ambiente musical donde sus padres, día y noche escuchaban todos los éxitos de este hombre sencillo y humilde al que la gente “quiere”.
Al Rey del Despecho lo quieren porque es autentico, porque sus letras les llega al alma, porque no viaja sin su grupo Los Legendarios y en tarima lo recalca en varias ocasiones para que todos sepan que “no canta con pistas», se entrega hasta quedar exhausto. Se toma un breve descanso para regresar y conseguir en hora y media más de música que sus clásicos dejen afónicos a los fans que gritan y cantan a la vez.
Como buen paisa, es conversador, en medio de éxito y éxito, Darío Gómez tenía tiempo para agradecer a los auspiciadores, invitaba a beber constantemente (el patrocinio lo ameritaba), recordó la labor de los medios de información, contó que prepara un disco con destacadas colaboraciones de artistas de la talla de Jhonny Rivera, Jhon Alex Castaño, entre otros. También saludó a Olga Lucía Arcila, su esposa y representante, a ella le dedicó el tema parrandero “El Morro”, tuvo presente a sus hijos y sus nietos, sobre todo al pequeño Mateo de 4 meses que lo tiene “embobado”.
Trato especial merecen para él las mujeres, muchas se abalanzaban, le apretaban, le besaban y aún cantando durante todo el espectáculo se prestaba para las fotos, los selfies, las dedicatorias y los saludos.Su memoria le pide estar pendiente de la lista con el orden de interpretación que deber realizar, pero como dicen “que es de bien nacido, ser agradecido”, Rey del Despecho, lo pone en práctica durante todo el show, agradece a sus seguidores por el cariño y el respaldo incondicional pero también a varios empresarios o amigos que conoció durante muchos años de giras por estas tierras.
Está más delgado, no deja de beber “guaro” durante el show y canta, si, canta con esa voz privilegiada que para dicha de su público conserva, acepta los “chupitos” de licor que le brindan pero “sin hielo” por eso de cuidar su pricipal arma musical.El cantante, vestido de traje, seguía entonando un tema tras otro mientras el calor subía a la cabeza y no solo por el trago.
Anoche Madrid, vivió una noche inolviable de despecho, se agradece conocer la discografía de un artista y llegar a su show donde todo suena igual. El Rey es Rey póngalo donde lo pongan.Darío Gómez Zapata, “la puso en la China,” dijo un joven pereirano a la salida del concierto, su acompañante una morena caleña le contestó «lo mejor, es que tenemos Rey para rato…»
INCOMODIDADES
Algunos de los asistentes se quejaron porque el ingreso al recinto no fue tan fluido como se deseaba y al final de concierto personas que habían comprado el CD oficial del artista, con la promesa de llevarse de recuerdo una foto con el cantante no lo consiguieron. En un momento del espectáculo y por un breve tiempo que estuvo en la tarima, el responsable de la fecha de Madrid José Porras, ofreció disculpas a los asistentes por “las incomodidades”.
Fotos: Harold Hernández ( Tendencias ) y Edwin Aviles Moreno.
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