De siempre el mercado del espectáculo latino tiene la incursión de nuevas y emprendedoras personas que apuestan por eventos o conciertos, eso no es nuevo, quienes llevamos varios años en España, también hemos visto aparecer y desaparecer por arte de magia a muchos de ellos. Pero contrario a los de antes, algunos de ahora, visten el papel de faranduleros o se les va la fuerza por la boca, o mejor, sueltan la lengua más de lo debido. Que se ahorró su dinerito y puede invertir, perfecto, que le fue bien en un evento y se arriesga con el siguiente, muy bien, incluso, que la vuelta salió buena y le gusta el espectáculo, hágale, pero mida muy bien lo que hace y como lo hace. Porque este camino es largo y culebrero. Deje de decir que usted hizo esto, aquello, que el dinero lo puso usted, que tiene mucha pasta, que aquel está quebrado y que usted va a poner el dinero, que tiene trabajando gente y no hay sueldo, que todos le piden que meta dinero, vamos, que una lavandería se queda corta. Situaciones rocambolescas y peleas innecesarias enrarecen el ambiente y dificultan el trabajo de todos.
Este Cotilleo conoció el fin de semana varias situaciones que demuestran que no contamos con mucha gente seria o de palabra en el gremio y que los odios son la nota dominante. Un empresario que llamó a la encargada de un grupo de fiestas a poner a parir a un promotor porque el salsero que lleva solo metió 60 personas en BCN, con tan mala suerte que la joven sabía cómo se había promocionado el evento y lo peinó. Una empresaria llama a un promotor local para que le ayude a publicar en sus redes el cartel del concierto que organiza en Pamplona y no cuenta con que el joven tiene peleas antiguas con quienes llevan la sala, armándose una polémica en el Carelibro para vergüenza de todos. Un supuesto empresario que pontificaba en las redes está desaparecido gracias a sus “delitos contra la salud publica” y otro utilizó en una discusión la típica frase colombiana “usted no sabe quién soy yo” para demostrar no se que en medio de la misma. Un promotor que envía mensajes a varias personas en diversas ciudades por si tienen inversionistas para artistas que piensa traer y los mensajes que circulan por WhatsApp siendo la comidilla y el hazmerreír del gremio.
Todavía no he visto al presidente de Live Nation cobrar deudas por sus redes sociales, ni al de Doctor Music decir que son los mejores de España, ni a la CEO de Mad Music hacer un directo la noche que un cantante boricua le ofreció a su equipo un coctel de agradecimiento por la labor prestada. Toca hablar menos, currar más y aprender de los grandes. Lo bueno que tiene este mercado es que la selección de quien se queda y quien se va se hace poquito a poquito, pasito a pasito como el éxito musical de este año…
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